El pequeño pueblo de Burgos olvidado donde nació el idioma de 600 millones de personas
Valpuesta, enclavado en el norte de Burgos y rodeado casi en su totalidad por Álava, se considera la cuna del castellano
Un pequeño pueblo olvidado, perdido entre las montañas de Burgos y Álava, es la cuna de un idioma que hablan 600 millones de personas en todo el planeta. El carácter burgalés tiende a no engrandecer acontecimientos que de por sí en cualquier otra provincia, en cualquier región, darían una importancia suprema. Pero el carácter burgalés no es así.
Ya pueden las instituciones esforzarse en colocar títulos como 'Burgos, Origen y Destino' de la Diputación Provincial, que tiene su significado, pero que, en ocasiones, se queda en una expresión turística y no ahonda en la importancia que tiene el origen de la lengua, en este caso.
La Junta de Castilla y León tampoco le ha dado importancia, por lo que ha sido la iniciativa privada la que se ha puesto manos a la hora para hacer ver a la población, no solo de Burgos, sino de toda la comunidad y de toda España, que en un rinconcito muy pequeño, al pie de unas montañas muy grandes, un convento, que hoy es grandioso, pero que entonces era también muy pequeño, albergó el tesoro de la lengua.
El español es la segunda lengua materna más hablada y su influencia se extiende a diversos ámbitos como la ciencia, la tecnología, el cine, la música y la informática.
Editorial Siloé
La iniciativa privada de una editorial de Burgos salvó hace unos años del olvido la historia de dos de los becerros más importantes del mundo, los cartularios de Valpuesta, donde se recogen las primeras palabras del idioma de 600 millones de personas en todo el planeta. Que los Cartularios de Valpuesta son un tesoro y un vestigio único sólo lo vieron claro Pablo Molinero y Juan José García.
Los originales están bien custodiados, pero si la Editorial Siloé no saca a la luz la importancia de estos textos, probablemente hubieran dormido muchos siglos más en un olvido secular.
La cuna del idioma castellano, por otras fuentes llamado español por ser la lengua oficial, de España está en la provincia de Burgos. Valpuesta es un pequeño pueblo de la provincia ubicado en una lengua de tierra que penetra en la provincia de Álava; está rodeado por sus tierras, excepto por el sur que linda con San Millán de San Zadornil.
Desde hace varias décadas, la Real Academia Española de la Lengua ha reconocido que en los Cartularios de Valpuesta son los documentos «más antiguos» que recoge los primeros «balbuceos de la lengua de Castilla»… esta afirmación le da total carta de naturaleza a los cartulario de Valpuesta, al Becerro Gótico y al Becerro Galicano.
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No se desdeñan, al contrario, y se le dan más valor, a las que hasta hace unos pocos años eran reconocidas como las pioneras en recoger esa lengua romance del latín, las Glosas Emilianense y las Silenses, que fueron las que durante siglos se reconocieron como los primeros antecedentes del español, del castellano.
Estas primeras palabras en la nueva lengua aparecen en dos códices, el Becerro Gótico y el Galicano. El primero recibe ese nombre por estar escrito en la letra gótica. Tienen 117 folios y es el más importante. El galicano recibe su nombre por estar escrito en letra carolina o galaica; consta de 64 folios y en su mayor parte es una fiel copia de aquel.
Según la expresión de los expertos, estos textos están escritos en un «latín romanceado», corrompido o inválido «por una lengua viva que más tarde será castellano». Trata de donaciones, permutas, ventas, juicios, confesiones, juramentos, inventarios o contratos de diferente índole, como reparaciones de iglesias, pero su temática va más allá y reside en «el rastro que deja de la lenta evolución del latín al romance castellano».
Temblarían los sectores más tradicionales de la más identitaria cualidad burgalesista o, ampliando el arco, castellanista, cuando el lingüista, filólogo y académico de la RAE Emilio Alarcos dijo que el «castellano no es otra cosa que latín puesto en labios de vascos». Y es que tras la romanización de la Península Ibérica desaparecieron las lenguas que trajeron los pueblos bárbaros, como los autrigones, los caristios, los berones, los Pelendones, los turmogos o los cántabros.
La romanización, en esta parte de Castilla estuvo muy ruralizada o abastada, entró el latín con fuerza. Las demás lenguas desaparecieron. Todas menos una, el euskera o euskara, conocida por esos dos nombres válidos y que tiene en Valpuesta un misterio por descubrir.
¿Qué significado tiene Valpuesta?
Valpuesta fue un arcedianato con archivos de gran riqueza documental, con un monacato incipiente, culto porque los monjes sabían escribir. El dato es esclarecedor, en concreto estos cartularios son 187 documentos de Valpuesta que abarcan los siglos X al XIII, pero ocho de ellos datan del siglo IX y los cuatro más antiguos serían de los años 804, 844, 864 y 875.
Valpuesta fue obispado hace más de un milenio. Hoy es una aldea burgalesa minúscula, en el valle de Valdegovía, que comparte paisaje con Álava y Burgos. Allí, en ese lugar, los escribas hacían acopio de sus pensamientos anotando en piel de ternera, aspectos relacionados con sus oficios, fundamentalmente, ganadería y agricultura, sus alimentos, Sus relaciones sociales o los accidentes geográficos de la comarca.
Los cartularios
La editorial burgalesa Siloé llevo a cabo un trabajo de más de cinco años en la réplica de los Cartularios. Fue un proceso complejo y muy trabajoso, como reconocen los dos impulsores de este proyecto cultural, Juanjo García y Pablo Molinero.
Son libros «muy complicados» de reproducir por su antigüedad: pergaminos y vitelas muy deteriorados por el tiempo, rotos y algunos cosidos y redoblados. Ambos comentan que efectivamente fueron restaurados en los años 70, pero desde esa época hasta principios de este siglo han pasado muchos años. La editorial Siloé hizo una tirada limitada y numerada de 898 ejemplares con su correspondiente, acta, notarial, en encuadernación en piel con cierras metálicos.
Iglesia y Zaldívar
Hoy, el pueblo está formado por un caserío relativamente moderno, sobre todo en su entrada. La parte más antigua está frente a la iglesia. La casa del inquisidor Zaldívar, que data del año 1590, es junto a la iglesia el lugar más misterioso de este pueblo. El le «vive bien que has de morir» parece una amenaza más que una invitación a vivir.
Según cuenta la web de la localidad, «hasta hace no mucho tiempo, existió un paso superior entre el palacio y la torre, por encima de la pista que sigue hacia Mioma».
Por lo que se refiere al templo, la iglesia de Valpuesta es un edificio gótico, del siglo XIV. Cuenta solo con una ave y cabecera poligonal. El claustro también es gótico, con arcos apuntados en sus cuatro crujías, mientras que otras zonas del templo son ya posteriores, como el pórtico, que data del siglo XVIII.