Hasta 90 plazas podrían quedar vacantes en 2023 en la Guardia Civil de Burgos si no cambia el modelo
La AUGC insiste en reclamar que se anuncie 'vacante cero', es decir, que se saquen también las vacantes que quedan tras los traslados para hacer frente al déficit de personal en la provincia
La llegada de 68 agentes en prácticas, que se van a ir incorporando a las cinco compañías de Burgos en las próximas semanas, ayudará a paliar en parte el grave problema de falta de personal que sufre la Guardia Civil en la provincia. Sin embargo, si no se toman medidas más contundentes, el déficit de plantilla se agravará, pues se van acumulando plazas vacantes sin cubrir.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles de Burgos (AUGC) estima que, el próximo año, podrían quedar hasta 90 plazas sin cubrir en la provincia. «La situación podría ser catastrófica» pasado el año de prácticas que tienen estos nuevos agentes, explican, pues el problema es que no se publica 'vacante cero' cuando se sacan los concursos y se publican las vacantes a las que pueden optar los agentes.
Es decir, sería necesario que se sacasen no solo las plazas que están ya vacantes sino aquellas que van a quedar libres cuando se produce el movimiento de personal. De lo contrario, la bolsa de vacantes va creciendo mientras son un número reducido de plazas las que salen a concurso. Si a eso se le suma que no todas se cubren, pues Burgos «no es una plaza atractiva», llega el caos.
Los 68 eventuales (de momento han llegado 46 y, el resto, llegarán en septiembre, apuntan) tendrán que pedir destino. Y si no sale vacante cero, se van a ir. Eso, unido a los agentes de Burgos que pidan traslado, hará que puedan quedar vacantes entre 70 y 90 plazas. Si los destinos son buenos, se podría llegar a 90, insiste la AUGC.
En el último movimiento, se publicaron 65 vacantes (20 en segunda convocatoria). Y se quedaron desiertas 20, la mayoría de zonas de Merindades y Miranda de Ebro, las mismas de siempre. Y se fueron 13. En este movimiento, el saldo salió positivo, pero no suele ser lo habitual, lamenta la organización, de ahí que en la plantilla falten por cubrir unos 150 agentes.
Por ese motivo, en la AUGC celebran que llegen 68 nuevos agentes en prácticas, pero insisten en que «se tiene que anunciar vacante cero» en los próximos concursos. El siguiente saldrá entre septiembre y octubre, recuerdan. Luego, en enero saldrán los destinos, los agentes pedirán traslados y el movimiento que se produzca en marzo mostrará las carencias que quedan.
Sin vacante cero, aunque la mayoría de esos agentes en prácticas quisieran quedarse en Burgos, no podrían, porque el número de plazas que salen no es suficiente. Sacando todas, las vacantes y la que quedan vacantes tras los traslados, entonces sí habría una solución al déficit de plantilla. En otras comunidades autónomas se ha hecho, en Castilla y León, no, lamenta la AUGC.
Nuevas unidades con plazas propias
Otra de las demandas que viene haciendo la Asociación Unificada de Guardias Civiles es que las nuevas unidades creadas que se van creando en la Benemérita se cubran mediante plazas propias, no derivando personal de Seguridad Ciudadana. La última en crearse, la unidad VioGén supone detraer entre 10 y 12 agentes de Seguridad Ciudadana, entre 2 y 3 por compañía.
La USECIC generó 18 vacantes, Pegasus entre 2 y 3, ROCA entre 4 y 5, y ahora VioGén entre 10 y 12. Son casi 40 agentes que, en seis años, han dejado Seguridad Ciudadana para conformar otras unidades. «Se seguimos así, al final Seguridad Ciudadana va a ser un páramo», se lamenta la AUGC, que valora las nuevas unidades pero pide cubrirlas con personal propio.
Desde la AUGC recuerdan que Burgos es una de las provincias que más problemas de plantilla presenta, y no todo se justifica asegurando que es que no hay suficientes agentes de la propia provincia que quieran quedarse. La plaza tampoco es atractiva para los de fuera, por el «maltrato» que se sufre desde los mandos, así que acaba siendo una provincia «de paso», se lamentan.
A modo de ejemplo, la AUGC explica que han tenido que traer de otras provincias, en comisión, a 9 cabos y sargentos, pues las plazas se quedan desiertas pero no admiten a personal de Burgos. Ese traslado lleva aparejada una dieta, que le supone a la Guardia Civil 18.000 euros al mes, y que además está generando malestar con compañeros que, haciendo las mismas funciones, no la cobran.
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