El turismo rural burgalés cierra un verano con mejores datos de los esperados

El turismo basado en excursiones organizadas de grandes grupos que llegaban a los pueblos burgaleses en autobuses no se ha dado este verano. En compensación, ha aumentado el turismo familiar, de parejas y pequeños grupos de amigos. Igualmente, el perfil del turista que ha llegado a los pueblos burgaleses también ha cambiado. El turismo extranjero ha sido insignificante frente al turismo nacional y al de vecinos de la propia provincia que han optado por visitar sus pueblos cercanos en sus días libres.

Castrojeriz, un pueblo marcado por su situación en el Camino de Santiago, ha notado una ligera bajada del turismo pero menos de la esperada. Igualmente, desde la oficina de turismo, se apunta que se esperaban menos peregrinos de los que finalmente han llegado. Las principales procedencias de estos peregrinos han sido Navarra y Barcelona pero también han llegado franceses e italianos.

Como ha ocurrido en otros pueblos, Castrojeriz y Frías han notado la llegada de muchos vecinos de la provincia que han aprovechado para conocer el pueblo en visitas de un día.

Desde la oficina de turismo de Frías se apunta que los datos de este mes de agosto igualan a los del agosto de 2019, rondando los 14.000 visitantes. Pero es que el mes de julio cerraron con mejores cifras que en el mes de julio de 2019 con un 10 por ciento más de visitantes. Estos datos resaltan más si se tiene en cuenta que no se ha contado con excursiones organizadas de grandes grupos, que tampoco se ha celebrado el Encuentro Internacional de Música y Arte WIM ni tampoco las Jornadas Medievales.

Por su parte, desde Santo Domingo de Silos apuntan que el mes de julio ha sido «flojo» en cuanto a turismo pero se ha recuperado algo con el mes de agosto donde la segunda quincena ha sido especialmente buena. La sensación en Silos es similar a otros municipios burgaleses, han tenido un verano con menos turismo pero no hay muchas quejas porque se esperaban un estío mucho peor en cuanto a visitantes. Lo que se ha apreciado este verano en Silos es que han aumentado los peregrinos que realizan el Camino del Cid.

Desde la oficina de turismo de Poza de la Sal se apunta a otro factor que hace valorar más el turismo de este verano. Los visitantes de este municipio han sido, en cifras, equiparables a los del estío pasado pero han sido mejores en calidad y gasto. Al tratarse de familias, amigos y parejas en pequeños grupos optaban por pasar el día entero en el pueblo y, al menos, hacían gasto en hostelería.

Además, hay que tener en cuenta que, en estos casos, el visitante acude por voluntad propia, se ha informado antes de visitar el pueblo y llega con interés. En conjunto la realidad ha sido otra y supera las previsiones de un verano marcado por la pandemia de la covid-19.

Lerma presenta una peculiaridad, el año 2019 estuvo marcado por las Edades del Hombre para el municipio. Fue un año fuerte en materia de turismo y se ha pasado a un año más complicado.

Desde la oficina de turismo apuntan que se ha notado la caída y, sobre todo, han apreciado una actitud distinta en los visitantes. «La gente tiene más miedo, se notan las restricciones en las visitas guiadas y en los aforos. Además, hemos tenido muchas cancelaciones de última hora y llamadas para preguntar por la situación en el pueblo con respecto al virus», explican.

En Lerma se esperaba un verano de turismo de interior pero apuntan que mucho alojamientos rurales han tenido menos demanda.