El rescate de varios viñedos olvidados en Covarrubias da como fruto tres nuevos vinos
La bodega vallisoletana Valtravieso ha desarrollado el proyecto Viñedos Olvidados que apuesta por el rescate de las zonas de viñedo tradicional abandonadas o en riesgo de ser arrancadas. En la zona de Covarrubias han rescatado tres viñedos con los que han elaborado tres vinos
Algunos viñedos olvidados, abandonados en la DO Arlanza, en la zona de Covarrubias concretamente, han sido rescatados por Bodegas y Viñedos Valtravieso. Esta bodega les ha devuelto a la vida y al uso que tuvieron, han vuelto a convertir los frutos de la tierra, las uvas, en vinos. Valtravieso ha recuperado estos viñedos y, además, ha elaborado tres vinos nuevos en esta denominación de origen burgalesa.
Bodegas y Viñedos Valtravieso, de Valladolid, ha desarrollado un nuevo proyecto que apuesta por el rescate de las zonas de viñedo tradicional abandonadas o en riesgo de ser arrancadas. Así, el equipo de Valtravieso ha elaborado tres vinos dentro de este proyecto de Viñedos Olvidados en la provincia de Burgos. Estos han sido elaborados con uva de la zona de Covarrubias perteneciente a la DO Arlanza.
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Este proyecto no solo apuesta por este rescate de viñedos tradicionales, se suma a ello el objetivo de poner en valor variedades autóctonas. El gerente de Valtravieso, Pablo González Beteré, explicaba al respecto de este proyecto que lo que buscan es recuperar zonas, varietales e intentar trabajarlos bajo la experiencia que esta bodega tiene después de 30 años trabajando en la Ribera del Duero. «Y siempre con un enfoque claro, que sean vinos para disfrutar. Ese es precisamente el resultado de Viñedos Olvidados, un proyecto apasionante, complejo y laborioso», añadía González Beteré.
Con esta filosofía, se han recuperado algunos viñedos de Covarrubias con los que se han elaborado tres vinos que se enmarcan en la DO Arlanza. Esta denominación de origen se encuentra en el centro de la provincia de Burgos, con viñedos a una altitud de unos 1.000 metros, lo que condiciona el desarrollo y la maduración de la uva.
Esta zona, como explican desde Valtravieso, es compleja y dura para ser trabajada al sucederse las heladas, no haber riego y contar con muchos animales que afectan a los viñedos. Estos viñedos de Covarrubias son antiguos y mantienen un estilo tradicional, con distintas variedades de uvas y con poco espacio entre las viñas. Eso dificulta la introducción de maquinaria y obliga a una labor más manual.
Con el objetivo de mantener esta esencia y el estilo tradicional, Valtravieso ha realizado análisis de microsatélites para detectar las variedades blancas y las tintas.
Los nuevos vinos
El resultado de este proyecto son cinco vinos de alto valor añadido de tres zonas tradicionalmente vinícolas. Tres de estos cinco vinos son de la montaña de Covarrubias, otro es de la DO Jumilla y otro de la DO Ribera del Júcar. Según señala el consejero delegado de la compañía, son vinos «muy especiales y de gran potencial».
Los tres vinos elaborados a partir de esos viñedos olvidados de la DO Arlanza son un blanco fermentado en barrica (Muniadona), un tinto de parcela (Cerro Cerezo) y un tinto de villa (Las Mamblas).
Muniadona: vino complejo, completo y complicado que se inspira en Muniadona, que fue la madre del primer conde de Castilla y también una vecina ilustre de Covarrubias en el siglo X. Es un vino elaborado con más de nueve variedades blancas perdidas, con una base de albillo mayor, de viñedos centenarios vendimiados racimo a racimo. Es un blanco con una boca sápida y ácida y una persistencia larga.
Cerro Cerezo: la parcela Los Lirios está cerca del río Arlanza y rodeada de cerezos. Tiene un lecho arcillosos con fina arena y canto rodado. Aquí enraíza el viñedo olvidado con el que se elabora este vino y que le da un carácter mineral, profundo y expresivo, de color ligero, fino, con una estructura precisa, una amplitud justa y un final eterno sobre un tanino vibrante, floral y mineral.
Las Mamblas: en el horizonte de Covarrubias está la sierra de Las Mamblas. En las zonas altas, sobre los 1.000 metros de altitud, se encuentran los viñedos olvidados que dan origen a este vino. Un caldo atlántico, elegante y honesto, reflejo fiel del carácter del Arlanza. Fresco y directo es la mejor expresión del tempranillo ancestral en su límite norte de cultivo en Castilla y León junto con otras variedades como la garnacha, el bobal o la mencía.
