Literatura y arquitectura en el cementerio

Los epitafios, las esquelas, las necrologías son una forma de seguir existiendo. Las palabras nos sobrevivirán. Desde los epitafios griegos y latinos hasta los ás actuales, el deseo de durar y perdurar no es solo síntoma de los poetas o artistas.

La arquitectura de los cementerios también dice mucho de las diferencias culturales y de las distintas formas en las que cada uno concibe y se enfrenta a la muerte. La aproximación a la muerte es muy distinta, hay tantos modos como personas. En otros países europeos hay una relación distinta con los camposantos. Suelen ser espacios abiertos, con jardines por donde pasear.

El cementerio de Burgos ofrece una imagen cuidada, con variedad de árboles, un espacio para enterramientos musulmanes y otro lugar de reciente creación similar a los cementerios estadounidenses. Actualmente, cuenta con una placa en homenaje a los fallecidos durante la pandemia de la covid. Son 37 hectáreas con grandes avenidas cuidadas y otros pasillos más pequeños en los que la limpieza es una máxima. Además, una gran escultura marca el lugar donde se encuentra el jardín de las cenizas, un espacio cuidado y agradable donde recordar a aquellos que ya no están con nosotros.

Los panteones tienen valor por si mismos, los hay desde más románticos de piedra hasta aquellos con líneas más rectas y de mármol. En cuanto a los epitafios, hay tantos como personas y como formas de enfrentarse a la muerte. En el cementerio de Burgos encontramos epitadios que se mueven entre el humor, el cariño, las frases literarias y el misticismo.