
Secciones
Servicios
Destacamos
Ana María Cameno, la burgalesa llamada 'reina de la coca', en prisión desde hace cuatro meses en cumplimiento de una condena por narcotráfico, llegó este lunes a un acuerdo con la Fiscalía Antidroga para declararse culpable en el juicio que ha comenzado este lunes en la Audiencia Nacional contra la «descomunal» banda de los Miami.
Se trata de una red internacional de narcos asentada en España desde los años noventa del pasado siglo y que dirigirían los hermanos madrileños Artemio y Álvaro López Tardón, quien cumple en la actualidad una pena de 150 años en Estados Unidos.
Cameno, nacida en Burgos hace 51 años, logró que su estructura delictiva con tentáculos en Colombia se anexionara con los Miami para obtener un beneficio compartido, pero su detención en septiembre de 2014 en La Línea de la Concepción (Cádiz) puso fin a su pequeño gran imperio levantado sin padrinos.
Noticia Relacionada
También conocida como 'la llorona' o 'pollito', su caída llegó en su momento más álgido: dirigía la distribución de cien kilos de cocaína cuando fue arrestada, regentaba un «gigantesco» laboratorio en una finca de Villanueva de Perales (Madrid) para la fabricación, manipulación y adulteración de las sustancias estupefaciente y, por último, tejió una red societaria para blanquear millones de euros en el paraíso fiscal de Panamá a través del «chiringuito financiero» Bandenia, radicado en la localidad madrileña de Las Rozas.
Condenada por la Audiencia Nacional a 16 años de prisión y multa de 21,2 millones de euros en septiembre pasado, su acuerdo con la Fiscalía en el juicio contra los Miami también en este tribunal (se sientan en el banquillo 81 acusados, entre ellos Artemio López Tardón) marcará la estrategia de defensa de los cabecillas que no han reconocido los hechos contenidos en el escrito de acusación. Además de Cameno, durante la sesión de este lunes Antidroga ha llegado a un acuerdo con 57 procesados, entre ellos David Vela, pareja de ésta.
Cameno se ha declarado culpable de los delitos de tráfico de drogas, blanqueo de capitales y tenencia ilícita de armas, si bien no se ha mostrado conforme con la pena de 39 años de cárcel que le piden de forma provisional (en el escrito final se fijará la rebaja de la pena propuesta por el Ministerio Fiscal).
Tanto para el tribunal como para la Fiscalía la vista oral contra la banda de los Miami está suponiendo todo un reto procesal y organizativo de primer nivel, admiten fuentes jurídicas. Según el escrito de acusación, la organización era «extremadamente complejísima, poderosa, laberíntica, entrelazada, muy diversificada y minuciosamente planificada», que tenía proyección internacional y que se encontraba subdividida «en no menos de cuatro grandes sectores o ramificaciones».
El fiscal apunta que esta «poderosa» trama, «cuyas actividades criminales se desarrollaron dentro y fuera de la península Ibérica», actuó a lo largo de un «muy dilatado periodo de tiempo». Solo en el año 2010, por ejemplo, los López Tardón -hijos de un protésico dental del barrio de Moratalaz de Madrid- ganaron 52 millones de euros por sus actividades ilícitas. Ambos contaban en España, Estados Unidos y Colombia con una elaborada infraestructura para las operaciones de narcotráfico desplegadas desde América Latina hasta Europa.
Entre sus sociedades figuran empresas de compraventa de vehículos de alta gama o la simulación de la adquisición de un cuadro titulado 'El almuerzo' de Diego Velázquez, tratándose en realidad de una «burda manipulación», decía el juez instructor Ismael Moreno, por un valor de 24 millones, fingiendo su venta posterior por 880.000 euros. En el contrato falso aparecía como compradora la entonces pareja de Álvaro López Tardón, Sharon Cohen, representando a una sociedad panameña con la que no guardaba en realidad ningún vínculo. La figura de Cohen es fundamental para entender la caída en desgracia del clan familiar.
Del registro efectuado en un chalet de Madrid propiedad de los hermanos López Tardón, la Policía encontró la cantidad de 23.974.853 euros en metálico, la mayor parte oculta en zulos practicados en la vivienda, que contaba con extremas medidas de seguridad formadas por una red de cámaras de vigilancia de la más alta tecnología. De hecho, para hallar el dinero, los agentes tuvieron que picar el suelo de algunas habitaciones, levantando las plaquetas para hallar, entre otros, un sitio en el que se escondían más de 700 paquetes de plástico cerrados al vacío.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.