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La mujer retenida y agredida en Valencia por otra por celos, relata su pesadilla. Ignacio Cabanes

«Me quemó con un cucharón al rojo vivo mientras el vecino lo grababa»

La mujer retenida y torturada en Valencia relata cómo su agresora le quemó sus partes íntimas al creer que había tenido sexo con su marido

Ignacio Cabanes

Valencia

Lunes, 4 de agosto 2025, 10:09

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«Te voy a quemar para que no vuelvas a tener sexo con ningún hombre», le dijo su agresora antes de acercarle a sus partes íntimas «un cucharón al rojo vivo» que había puesto a hervir previamente durante 20 minutos, según recuerda la víctima de la brutal agresión. Carmela –nombre ficticio para preservar el anonimato de la mujer que fue retenida y torturada durante dos días en un piso de Valencia– asegura que su captora no estaba sola, que aunque ella fue la única que le agredió, «ensañándose conmigo con golpes en la cara, pisotones en la cabeza y quemándome viva», en el inmueble donde la tenía encerrada bajo llave llegaron a estar presentes varias personas y que ninguno de ellos la ayudó. Incluso un vecino, al que llamó la propia agresora, se puso a grabar con el móvil cómo le quemaba la zona del perineo.

«O te dejas quemar durante dos minutos o te saco los ojos con unas tijeras», le amenazaba la detenida por la Policía Local de Valencia, quien ya ha ingresado en prisión provisional, como adelantó en exclusiva LAS PROVINCIAS. «Ella se pensaba que yo me acostaba con su marido y eso es mentira», explica la agredida, que se recupera junto a su familia de las lesiones en el rostro y las quemaduras de primer grado que sufrió en el exterior de la vagina y en la cara interna de ambos muslos al revolverse de dolor.

Le rapó el pelo y ofreció a dos hombres droga para que la violaran con el fin de denigrarla todavía más por la supuesta infidelidad

Además de la citada cuchara, la presunta agresora utilizó también un martillo sin mango incandescente. Según relata Carmela, cogió ambos objetos, «al rojo vivo tras sacarlos del fuego de la cocina», con unas pinzas. «Me insistía en que le dijera que me había acostado con su marido y al final le dije que sí para que me dejara en paz». Pero la mujer agredida, de 43 años, aclara que solo conocía al compañero sentimental de su agresora de ser su vecino y que a ella no la había visto nunca. Y atribuye los celos de la detenida a que un exnovio suyo le habría mostrado una fotografía «envenenándole la mente contra mí diciéndole que mi casa era un fumadero y un putiferio».

Una encerrona

La víctima acudió al domicilio de la arrestada la noche del domingo 27 de julio tras quedar con una amiga. «Me dijo que era la casa de un colega y que nos íbamos a pegar una pequeña fiesta, pero era una encerrona», explica Carmela, que aclara que no es drogodependiente sino consumidora esporádica de cocaína. Su amiga la estaba esperando abajo y subió con ella al cuarto piso, donde se encontraba la mujer, de 38 años y nacionalidad española, detenida y encarcelada días después por los delitos de detención ilegal y lesiones graves.

La víctima en el hospital tras ser rescatada por la Policía Local de Valencia. LP

«Me puso un vaso de coca-cola y al rato empezó a preguntarme si me había acostado con su marido», relata la agredida. El tono fue subiendo y dio paso a los primeros puñetazos. «¡Qué me digas la verdad!», le gritaba, según recuerda la víctima, quien en ese momento trató de marcharse pero vio que había cerrado la puerta con llave.

Asimismo, le quitó el teléfono móvil y sus llaves, «y me arrancó una cadena con mi nombre». Durante esa primera noche retenida contra su voluntad –inmovilizada en una silla con las manos atadas a la espalda–, la amiga que la llevó hasta allí estaba presente y no hizo nada. «Me decía que yo me lo había buscado».

Al día siguiente se quedó a solas con su captora, quien siguió torturándola hasta escuchar de su boca que había tenido sexo con su pareja, un hombre de 32 años natural de Malí. A lo largo de esa tarde la detenida llamó a dos hombres para presuntamente ofrecerles droga a cambio de que violaran a la víctima. Uno de ellos se negó «porque creo que le di pena» y el otro fue el que estuvo presente grabándola mientras su agresora le realizaba las quemaduras.

Además de los golpes y las quemaduras de primer grado, la detenida la tuvo sin comer ni beber, y la denigró rapándole el pelo, lleno de trasquilones, «¡te vas a quedar calva!», para perjudicar su aspecto físico como venganza por la supuesta infidelidad de su pareja. A él también lo hizo estar presente la última noche antes de que la mujer fuera liberada por agentes de la Policía Local.

La agredida asegura que esa noche el novio de su agresora fue a la casa y cuando le recriminó haberle sido infiel, él se lo negó y le escupió a ella como señal de desprecio. Otro que tampoco le ayudó, pese a que le golpeó estando presente, ni avisó a la policía. A este periódico Alulou aseguró que se enteró de todo cuando su novia ya estaba detenida. Mintió, según apuntan las investigaciones de la policía, que lo vieron salir de la finca el martes cuando acudieron alertados por un vecino.

«La tortura que pasé no se la deseo a nadie». Desde que fue liberada la mujer vive con «pánico». «Veo su cara de loca por todas partes y sueño con sus palabras: 'Te voy a matar, no vas a salir viva de aquí y nadie se va a enterar'».

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