116 burgaleses ya saben qué pasará con su cerebro cuando fallezcan, lo donarán a la ciencia
El Banco de Tejidos Neurológicos, o Banco de Cerebros, de la Universidad de Salamanca, el único de Castilla y León, ya ha recibido un tejido neurológico donado por un burgalés desde su comienzo en 2012
El cerebro o, mejor dicho, los tejidos neurológicos, de 116 burgaleses tienen un destino fijado una vez que su propietario fallezca, irán destinados a la investigación. En toda la comunidad autónoma de Castilla y León son 414 los potenciales donantes de cerebro registrados en el Banco de Tejidos Neurológicos del Instituto de Neurociencias de Castilla y León. La provincia de Burgos, con 116 donantes inscritos, es una de las que más aporta a este banco biológico junto con León, Valladolid y Salamanca.
Desde que comenzó su actividad en el 2012 este banco de tejidos, conocido también como Banco de Cerebros, ha recibido un solo cerebro procedente de un burgalés. Esto significa que solo uno de los inscritos como donantes ha fallecido. Cualquier persona y a cualquier edad, desde el sano al que padezca alguna enfermedad neurológica, puede ser donante. La decisión se puede tomar en vida por el mismo donante, que deberá firmar un documento que se encuentra en la web de este banco biológico. Igualmente, esta firma se puede realizar en el mismo momento del fallecimiento a través de un representante del donante.
Importancia de la donación
Como explica Javier Herrero, director científico de este Banco de Tejidos Neurológicos, actualmente no existe un tratamiento eficaz para detener o curar la Enfermedad de Alzheimer, otras demencias relacionadas con ella ni otras enfermedades neurodegenerativas como la Enfermedad de Parkinson, la de Huntington o la Esclerosis Lateral Amiotrófica. Para investigar las causas y posibles tratamientos no basta con estudiar en animales o modelos de laboratorio.
Desde el Banco de Cerebros se señala que, gracias al estudio de seres humanos que han padecido estas enfermedades, se sabe gran parte de lo que hoy se conoce de las enfermedades neurodegenerativas. Así se relacionan los trastornos que sufrían en vida con las alteraciones que se observan en su cerebro tras su fallecimiento. Y esto ha sido posible gracias a esas personas que como los 116 burgaleses que hay inscritos han donado sus tejidos neurológicos para la investigación.
Respeto y ética
El tejido cerebral donado se extrae poco después del fallecimiento y apenas es visible en la parte posterior de la cabeza. Todo el procedimiento es realizado por personal especializado con total respeto al cadáver y al tejido, se asegura desde el Banco de Tejidos Neurológicos. Tras la extracción, una parte del tejido se congela a muy baja temperatura y se archiva. Otra parte se procesa para su diagnóstico definitivo del donante que puede confirmar o no la valoración previa del sujeto.
Los familiares, además, recibirán un informe transcurridos unos meses que incluirá el diagnóstico definitivo de la enfermedad que padecía el donante.
Herrero señala que esto no es lo mismo que la donación de órganos para el trasplante, algo que gestionan los hospitales públicos. «Esto es una donación para la investigación y pueden acceder al tejido investigadores de todo el mundo siempre que se respeten ciertas normas y una ética», apunta Herrero.
Algunos datos
El Banco de Tejidos Neurológicos de Castilla y León es un biobanco sin ánimo de lucro que presta un servicio necesario a toda la sociedad. El objetivo del mismo es la recogida, procesamiento y almacenamiento de tejido nervioso, ya sea cerebro, líquido cefalorraquídeo y/o médula espinal, cedidos de forma voluntaria para la realización de estudios post mortem.
Este es el único Banco de Cerebros de Castilla y León pero se encuentra en contacto y colaboración constante con los otros 14 bancos de tejidos neurológicos que hay en España, 15 en total, pero también con instituciones de investigación de todo el mundo. La participación privada y algo de inversión pública en menor cantidad son las vías de financiación de esta entidad.
Principalmente es un biobanco, es decir, aquí se investigan los tejidos pero no es la actividad principal. Su función mas destacada es la de recoger, almacenar y clasificar tejidos neurológicos que luego serán cedidos a los investigadores que los soliciten y que, además, cumplan las estrictas normas de este biobanco.