Burgos pierde 92 rastreadores cuando registra la incidencia de covid más alta de la comunidad

El fin del estado de alarma ha terminado también con el toque de queda y con la prohibición de movilidad entre comunidades, pero no con el Sars-Cov-2, algo que alertan desde las autoridades sanitarias. Y es por eso por lo que CSIF denuncia que en Burgos, como en el resto de la región, se ha visto disminuido el número de rastreadores en los últimos meses, con las consecuencias que esto puede acarrear.

El sindicato denuncia que desde el 1 de diciembre la provincia burgalesa ha visto cómo el numero de rastreadores ha descendido de 139 a 47, lo que supone 92 menos. CSIF cataloga esta decisión de la Consejería de Sanidad como «equivocada, arriesgada y sin sentido», más ahora cuando acaba el estado de alarma.

Esta disminución de efectivos ha provocado que los rastreadores estén investigando en las últimas semanas los contactos de positivos con hasta una semana de antigüedad y no de las últimas 48-72 horas, como se hacía antes del recorte de la plantilla.

Este nuevo sistema de rastreo, denominado retro-rastreo, «tiene una mayor capacidad para localizar los ambientes en los que se producen los contagios, y los factores de riesgo», según explica el responsable del sector de Sanidad de CSIF Castilla y León, Juan-Carlos Gutiérrez-Rodilla.

Uno de cada 10 contactos da positivo con este nuevo sistema. Se trata de una técnica eficaz, pero que da más trabajo, puesto que se trata de un seguimiento más meticuloso y largo que el que se venía haciendo hasta ahora, señala.

CSIF destaca que los rastreadores de Sacyl son, prácticamente en su totalidad, enfermeras de Atención Primaria, a las que se suman algunos rastreadores de las fuerzas armadas. Por eso pide «más personal en Atención Primaria para labores de rastreo, para que haya más rastreadores que puedan mantener el mismo ritmo de actividad porque su labor es importante e imprescindible. Lo peor que ha podido hacer la Consejería de Sanidad es reducir drásticamente el número de rastreadores».

A este descenso de rastreadores se le suma el incremento de la movilidad por la desaparición de los cierres perimetrales autonómicos, la eliminación de los toques de queda y la relajación de medidas restrictivas (como los límites de horarios de apertura de los establecimientos), que va a propiciar la llegada de numerosas personas a las provincias de la comunidad.

Desde CSIF consideran que «es previsible, por tanto, que pueda haber un incremento de contagios, ahora que parece que la incidencia está más controlada en Castilla y León», por ello, añaden que «la tarea del rastreo se hace más importante, si cabe, para controlar y hacer seguimiento de los brotes y contagios que puedan surgir, en esta fase, a la espera de que se vaya completando la vacunación».

Esta disminución de efectivos llega a Burgos cuando su incidencia acumulada lidera la de la comunidad con 297 casos por 100.000 habitantes a 14 días. La media de la comunidad es de 158 y Burgos es la única provincia que mantiene este registro es riesgo muy alto.

También la incidencia a siete días es alta, con 143 casos por 100.000 habitantes en la provincia. Mientras, en la región la media es de 72,95. En este indicador también es Burgos la única provincia en riesgo muy alto.