El informe de Unesco sobre las puertas de la Catedral de Burgos no es vinculante pero la última palabra la tiene la Junta

«Nosotros no hemos planteado cambios», afirma el responsable económico del Cabildo Metropolitado de Burgos, Vicente Rebollo, que estos días se ha convertido en portavoz de la entidad frente a la polémica suscitada en torno al proyecto cultural. «Es una obra muy rica», insiste, una «oportunidad» para Burgos y el reflejo de una «suerte tremenda» por poder contar con una creación de Antonio López, así que continúan adelante, esperando acontecimientos.

El último ha llegado en forma de advertencia por parte de la Unesco, que «recomienda que la intervención planteada por el Cabildo de Burgos no se lleve a cabo» y, haciendo suyo el informe técnico desfavorable de Icomos, advierte de que «deberá asumir, si la intervención llega a afectuarse, las consecuencias que podrían derivarse para el bien que custodia al faltar su compromiso». Un compromiso de protección de la Catedral y conservación de su «autenticidad y su integridad», adquirido tras la declaración como bien Patrimonio de la Humanidad.

Rebollo afirma que dicho comunicado no se les ha sido transmitido. «No hemos tenido ninguna novedad con Icomos y es algo que me sorprende», apunta, pues la comunicación vía correo electrónico es continua. Eso sí, admite que los informes de Icomos no les han llegado directamente, sino que el órgano asesor de la Unesco los remite al Ministerio de Cultura y a la Junta de Castilla y León, y a través de ambas administraciones legan al Cabildo Catedralicio.

Aun así, de lo único que tienen constancia es del informe desfavorable de Icomos que les llegó el pasado viernes. Informe no vinculante, insiste Rebollo, aunque también admite que la intención del proyecto no es «ir en contra de nadie» sino «construir». Si les llega el informe de Unesco «lo tendrán en cuenta», lo mismo que con el documento de Icomos, asevera, pero quien tiene la última palabra es la Junta de Castilla y León, encargada de autorizar el cambio de las puertas de la fachada principal.

«El permiso definitivo es el de la Junta pero tampoco podemos ir en contra de Unesco», admite, así que si se diera la circunstancia de contar con autorización de la Comisión de Patrimonio, intentarían dialogar con la Unesco. «La Catedral es muy grande y muy interesante», comenta Rebollo, que no entiende cómo un cambio de puertas pudiera acabar desembocando en la pérdida del reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad.

Eso sí, reconoce que «quien te lo da te lo puede quitar» y la advertencia de la Unesco está ahí, bien clara. «El lenguaje no creo que sea apropiado, lo veo muy agresivo«, comenta, pero únicamente sabe lo que se ha difundido a través de los medios de comunicación, las respuestas que ha dado Icomos a las múltiples solicitudes de información, pues no disponen del informe, insiste. «No hemos recibido nada ni nada nos han dicho», tampoco desde la Junta, que todavía no se ha pronunciado sobre el proyecto.

Un proyecto que va avanzando. La estructura ya está contruida, lo mismo que los moldes creados a partir de los bocetos de Antonio López. Ahora se trabaja en la fundición de las piezas, con un cronograma claro: entre febrero y marzo, fundición de la primera pieza, a continuación la segunda y la pieza central quedaría para el último tramo. Luego llegaría el momento de instalar las puertas, retirando las actuales, que pasarían al museo, salvo que la Junta no lo autorice. De ser así, las puertas de Antonio López se colocarían en otro lugar, dentro de la Seo, para disfrute del visitante.

Y mientras se suceden los informes y las declaraciones cruzadas, continúa la recogida de firmas a través de la campaña impulsada por el pintor Juan Vallejo en Change.org, que lleva recogidos 32.000 apoyos. Eso sí, le ha salido un competidor, una campaña de apoyo al proyecto, que recuerda que cambios e innovaciones siempre han generado polémica y, con el paso de los años, se ha acabado valorando su impronta artística e histórica (y se han convertido en un reclamo turístico sin igual).

No son los únicos, desde la hostelería, el comercio o FAE también están a favor de la iniciativa. El presidente de la patronal, Miguel Ángel Benavente, asegura que es una «oportunidad» cultural y turística. Reconoce que los cambios siempre generan miedo pero contar con Antonio López es «un lujo» y la Catedral ha evolucionado, a lo largo de los siglos, gracias a los grandes artísticas de su época. Ahora le toca a López, asevera, de ahí que FAE se haya sumado a colaborar en la campaña de mecenazgo con la que se pretende financiar el proyecto, que tiene un coste de 1,2 millones de euros.