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Arriba, Pablo Pérez Coronado, José Mazarías y José Luis Sanz Merino. Sobre estas líneas, Pablo Casado, Alfonso Fernández Mañueco y Silvia Clemente.
El Partido Popular rompe por Segovia

El Partido Popular rompe por Segovia

Así se produjo la elección del candidato a la Alcaldía, que ha causado un sordo choque de trenes entre Pablo Casado y Fernández Mañueco

El Norte

Valladolid

Domingo, 23 de diciembre 2018

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A José Luis Sanz Merino, el nombre que el viernes había desbloqueado la elección del líder que encabezará la lista del PP a la Alcaldía de Segovia, lo dejaron el sábado plantado en el altar. Propuesto por la dirección local del partido para encabezar la candidatura al Ayuntamiento de Segovia en las elecciones de mayo, llegó al Centro Cultural de la Diputación de Palencia para ser proclamado candidato oficialmente por Pablo Casado. Sin embargo, en el asiento que creía tener reservado, detrás del presidente Herrera, no figuraba su nombre, sino el de Pablo Pérez Coronado, designado por Casado y su equipo para afrontar uno de los retos más peliagudos que el PP tiene en Castilla y León: arrebatar al PSOE el poder municipal en la ciudad del Acueducto.

Fue el propio presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco, quien le dijo a Sanz Merino que no podía ocupar esa silla. Cuando Pérez Coronado salió al escenario para fotografiarse con los candidatos de las otras ocho capitales de Castilla y León, las caras de la presidenta provincial, Paloma Sanz, y del secretario regional y hombre fuerte del partido en Segovia, Francisco Vázquez, lo decían todo. Pablo Casado los había desautorizado, aunque con ello desautorizara también a dos de sus colaboradores más próximos: Javier Maroto, vicesecretario nacional de Organización, y Teodoro García Egea, secretario general nacional. Ellos habían dado el visto bueno a Sanz Merino como hombre de consenso un día antes y ahora debían desdecirse e imponer a Pérez Coronado.

El episodio, del que casi nadie se atreve a hablar, menos aún públicamente, ha abierto una brecha profunda, de consecuencias todavía difíciles de prever, entre las direcciones nacional y regional del partido. Lo ocurrido este fin de semana culmina una historia de desencuentros entre Mañueco y Casado. El PP segoviano ya quedó muy marcado por su incondicional apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias del pasado mes de julio. En el seno de la formación en Segovia se cree que el sucesor de Rajoy no olvidó ese importante detalle. En noviembre trascendió una encuesta interna en la que figuraba Pablo Pérez Coronado, apartado de la política activa desde hacía casi tres años y medio, pero cercano a Casado desde los tiempos en que coincidieron como presidentes de Nuevas Generaciones, el primero en Segovia y Casado en Madrid. Junto a él, en la consulta aparecía el nombre de José Mazarías, coordinador provincial del partido y hombre de absoluta confianza de la presidenta provincial, Paloma Sanz.

«Nada, nada. Ningún problema. Estaba todo claro», explicó Mañueco en un alarde de ironía

Todo se precipitó el pasado martes, 18 de diciembre, con la renuncia de la actual portavoz del PP en el Ayuntamiento de Segovia, Raquel Fernández, a repetir como cabeza de cartel. Así se abrieron las apuestas por la sucesión. El PP de Segovia, respaldado en todo momento por Mañueco, intentó que el candidato fuera Mazarías, pero Madrid puso el jueves sobre la mesa la alternativa de Pablo Pérez Coronado. Faltaban horas para la convención del sábado en Palencia, momento en que Casado debía anunciar los candidatos a las capitales de la región, y los nombres de los elegidos iban saliendo a la luz: Valladolid, Burgos, Salamanca…

La tarde del jueves, Pérez Coronado era el candidato que el comité electoral provincial del día siguiente debía proponer al nacional, pero Francisco Vázquez y Paloma Sanz acudieron el viernes por la mañana a Madrid, a la calle Génova, a petición de Javier Maroto. Había que desbloquear el problema. Se negoció hasta pasadas las cuatro de la tarde y los dirigentes provinciales propusieron una alternativa «de consenso»: la candidatura de José Luis Sanz Merino. Maroto y García Egea, el número dos del partido, acabaron dándola por buena. El comité electoral provincial se reunió a las siete y, sin discusión alguna, cerró filas en torno al candidato que representaba una tercera vía, una salida al bloqueo. En cuanto acabó la reunión, el partido informó de que José Luis Sanz Merino era el elegido. «Afronto el reto con mucha ilusión —declaró a los medios—. El Partido Popular en Segovia tiene un margen de mejora considerable y puede volver a gobernar».

Clemente, decisiva

Aún quedaban cartas por jugar. La presidenta de las Cortes de Castilla y León, la segoviana Silvia Clemente, con gran influencia en Madrid, entre otras cosas porque fue de las pocas figuras del partido en la región que desde el primer minuto apoyó sin fisuras a Pablo Casado en las primarias del pasado verano, redobló su apuesta por Pablo Pérez Coronado. Clemente, que estos días disfrutaba de un viaje programado con mucha antelación que le impidió asistir al acto en Palencia, hizo ver a Génova el viernes por la noche que Sanz Merino no respondía al perfil de «candidato de consenso» y que su nombramiento, responsabilidad de la dirección nacional, suponía inclinar la balanza del lado de las direcciones provincial y regional, pues siempre había sido hombre de Francisco Vázquez, en el partido y en la Diputación, institución por la que además no había escondido nunca su predilección.

Pablo Casado atendió los argumentos de Silvia Clemente. Así que se llamó a Pérez Coronado y se le citó para la convención del sábado en Palencia: el candidato era él y tenía asiento reservado. «Querido Pablo», le dijo Casado desde el ambón. La sorpresa fue mayúscula y dejaba a la vista un sordo choque de trenes entre el líder nacional y el regional (conviene recordar: ambos elegidos por primarias y, por tanto, gracias al respaldo de la militancia) que complicará la defensa que el PP de Castilla y León debe prestar a su aspirante en Segovia. De hecho, Francisco Vázquez, número dos de Mañueco, coordinará la campaña del partido en la región y José Mazarías lo hará en Segovia.

Pablo Pérez Coronado, de 34 años, no estará solo porque cuenta con el respaldo de Pablo Casado, de Silvia Clemente, de la diputada nacional Beatriz Escudero, del actual grupo popular en el Ayuntamiento de Segovia y de otros sectores de la militancia que ven con buenos ojos su designación. «Ya he estado con miembros del partido en Segovia que me han mostrado su apoyo. Cuando hay un candidato, todo el partido tiene que ir a una. Así ha sido siempre en el PP», dijo en Palencia nada más concluir la convención. «Nada, nada. Ningún problema. Estaba todo claro», explicó Mañueco, lacónico, en un alarde de ironía mientras salía del salón de actos palentino.

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