«Poco a poco, hemos ido volviendo a nuestras raíces»
Entrevista a La M.O.D.A ·
La Maravillosa Orquesta del Alcohol publica este viernes 'Nuevo Cancionero Burgalés', su quinto trabajo de estudio, un disco basado en los cancioneros populares recopilados por Federico Olmeda y Antonio JoséLos chicos de La M.O.D.A. estrenan disco este viernes. Se titula 'Nuevo Cancionero Burgalés', un título perfecto para un proyecto que hunde sus raíces en los dos cancioneros populares recopilados hace más de un siglo por Federico Olmeda y Antonio José, que aseguran que es una joya.
Como no podía ser de otra forma, estos días están a tope, yendo de entrevista en entrevista y preparando la gira que arrancará a principios de enero. Me reciben en su local de ensayo en el Centro de Creación Musical El Hangar. Es un local pequeño, o al menos esa es la sensación que desprende el lugar cuando uno entra. Instrumentos, estuches, cables, pedales y micrófonos ocupan casi todos los huecos disponibles. Hasta tal punto, que un servidor ocupa casi la única silla disponible mientras Álvar, David, Joselito, Jorge, Caleb, Jacobo y Nacho se acomodan como pueden sobre algún ampli o directamente en el suelo. Es el problema de ser una banda de siete miembros.
Otro problema surge al hacer entrevistas. Sus respuestas van completándose a medida que hablan unos y otros. Decidimos solucionarlo poniendo sus respuestas como si fuera una sola voz. La voz de La M.O.D.A. El consenso entre ellos es rápido y casi automático, salvo en un par de ocasiones marcadas por la risa. Eso sí, me reciben con ropa de calle, sin sus ya míticas camisetas de tirantes. Esa es su ropa de faena, es diciembre y hace mucho biruji.
Este viernes se publica Nuevo Cancionero Burgalés. ¿Es una declaración de principios? ¿Una reivindicación de patria chica?
Nada de eso. Es simplemente un disco de ocho canciones cuyas letras están sacadas del cancionero popular burgalés que recopilaron en dos libros Federico Olmeda y Antonio José. Lo único que hemos hecho nosotros es ponerle nuestra música, con nuestros instrumentos y nuestra identidad, sin ningún tipo de pretensión. No pretendemos renovar, revitalizar o abanderar nada. En los diez años que llevamos como grupo, empezamos mirando mucho a la música de Inglaterra, Irlanda y Estados Unidos, incluso cantando en inglés. Pero poco a poco, hemos ido volviendo a nuestras raíces, al lugar en el que hemos nacido y nos hemos criado. Ese camino nos llevó a descubrir estos dos cancioneros. Y cuando los descubrimos, flipamos con parte de las letras. Nos parecieron tan increíbles que el cuerpo nos pidió hacer algo con ellas.
«Cuando descubrimos los cancioneros, flipamos con parte de las letras»
Pero, ¿cómo llegan esos cancioneros a vuestras manos? ¿Fue casualidad o los estabais buscando?
Lo cierto es que los encontramos en internet. No estábamos buscando esto en concreto, pero ya sabes cómo funciona internet en ese sentido. No te levantas un día y de repente buscas 'cancionero popular burgalés', pero al final hemos tenido contacto con mucha gente de la que hemos ido aprendiendo y que por una cosa u otra nos ha llevado hasta aquí. La verdad es que no sabemos muy bien cómo, pero dimos con los cancioneros y fue todo un hallazgo para nosotros. Al final, son tesoros que están ahí, casi olvidados, apartados, de los que por ejemplo nadie nos había hablado en el colegio, pero que están ahí.
¿Y cómo se trasladan esas letras al siglo XXI?
Hay muchos versos que tienen más de un siglo y que a priori puedes pensar que son caducos, pero al final, hablan de problemas o inquietudes que tienen la misma validez hoy en día que cuando se escribieron. Eso es lo que nos llevó a meternos de lleno en ellos. Hay sentimientos atemporales. Lo que hemos hecho es hacer un puzle con los versos que nos parecían más interesantes y después, hemos puesto la música.
¿Cómo ha sido el proceso de creación musical?
Ha sido ensayo y error. Tocas algo, ves que te gusta y tiras por ese camino. En ese sentido, también hemos tenido la suerte de contar con un productor increíble, que es Gorka Urbizu, de Berri Txarrak. Él nos ha ayudado muchísimo y nos ha guiado para llevar las canciones a un sitio u otro. Con él ha sido mucho más fácil.
«Hemos tenido la suerte de contar con un productor increíble, que es Gorka Urbizu»
Llama la atención la colaboración con Urbizu. ¿Cómo convergen dos estilos a priori tan antagónicos como los de La M.O.D.A. y Berri Txarrak?
Puede sorprender, pero al final, tenemos muchas cosas en común, empezando porque ni él ni nosotros somos gente cerrada en el aspecto musical, lo que ha permitido que todo siguiera un camino muy natural. Además, a Gorka, aunque le dé caña con Berri, le encanta la melodía y es un melómano.
Habéis lanzado ya cuatro temas. ¿Qué respuesta estáis recibiendo por parte del público?
Muy buena.
¿Os esperabais esa respuesta?
Álvar, con cierta sorna: Hablo por mí, pero creo que estaba clarísimo.
El resto, después de una carcajada: A algunos nos gustaría tener la seguridad que tiene Álvar, porque sufriríamos mucho menos. Lo que tenemos claro es que hemos disfrutado muchísimo el proceso creativo y luego, ensayando las canciones. Además, la gente nos está diciendo que las canciones gustan a hijos y padres, y eso está guay.
Cuando preparáis una canción, ¿notáis que puede ser un cañón?
Sí. A veces, notas la magia en un estribillo o en una frase. Eso nos pasó, por ejemplo, con 'Héroes del Sábado'. Las primeras veces que la ensayamos, nos mirábamos y veíamos que había algo. A veces, pasan esos momentos mágicos en los que estamos todos conectados. Y con este disco ha pasado mucho. Eso sí, no siempre hay unanimidad. Es más, cada uno de nosotros te puede decir cuáles son las partes preferidas de nuestras canciones y seguro que no coincidimos.
Desde fuera, 'Nuevo Cancionero Burgalés' se antoja como un proyecto arriesgado. Os gusta salir de la zona de confort, ¿no?
Sí. Sólo hay que ver nuestra discografía. Somos gente inquieta, a la que le gusta, no se si experimentar, pero sí jugar y empaparnos de cosas nuevas y de investigar la música.
Aseguráis que no queréis abanderar nada, pero la etiqueta de renovadores del folclore os ha caído inevitablemente. ¿Os sentís cómodos?
Eso es porque la gente nos tiene mucho cariño, pero la realidad no es esa. Hay gente como por ejemplo Gonzalo Pérez Trascasa, de Yesca, que lleva toda la vida dedicada al estudio de la música tradicional desde el punto de vista de los modos, la armonía, los arreglos, los instrumentos y los timbres; desde un punto de vista casi etnológico. En nuestro caso, no es nada de eso. Es espontáneo. Simplemente, hemos hecho un disco que nos gusta muchísimo, con letras de canciones que se cantaban hace más de cien años en nuestra misma provincia. Canciones que han sobrevivido porque se las cantaban las madres a sus hijos y que significaban mucho. Al final, si te paras a pensarlo, es nuestro blues particular. Eso es lo que nos ha interesado de la música popular, que tiene mucha verdad. No gustaba porque se pusiera mucho en la radio, o porque alguien pagase unos vídeos, sino porque es lo que le llenaba a la gente.
«Lo que nos ha interesado de la música popular es que tiene mucha verdads»
¿Os sentís profetas en vuestra tierra?
No nos gusta la connotación que puede tener término profeta, ya que parece que implica que el resto te tiene que escuchar lo que tenemos que decir. Pero sí, nos sentimos muy queridos y apoyados. Cuando el grupo estaba comenzando, mucha gente de Burgos que se iba fuera hablaba de nosotros y muchos de los primeros pasos que hemos podido dar ha sido gracias a esa gente.
Arrancáis la gira con tres conciertos en Burgos. No podía ser de otra forma, ¿no?
Sí. además, el tercero de esos conciertos es el número 500 en nuestra carrera.
500 conciertos. Se dice pronto. No podríais vivir sin la carretera, ¿no?
La vida de un músico o de un grupo es estar en la furgoneta de gira. De 24 horas, te pasas 22 pasándolo mal y aburrido para luego disfrutar las otras dos.
Aún quedan muchas fechas por confirmar, pero ya tenéis seis conciertos en La Riviera y algunos de los festivales más grandes de España, entre otros muchos. Suena bien, ¿no?
La verdad es que sí. Además, la venta de entradas va muy bien.
¿Sala pequeña o gran escenario?
Es complicado elegir. Los dos tipos de escenarios tienen un encanto particular. Por ejemplo, tenemos pensado volver a hacer en abril o así una pequeña gira por pueblos, como hicimos en 2019. Eso tiene un encanto enorme, ya que nos permite hacer un concierto con la gente literalmente a nuestro lado. Pero no vamos a ser hipócritas, en un Mad Cool también lo flipas.
«Tenemos pensado volver a hacer en abril o así una pequeña gira por pueblos, como hicimos en 2019»
¿Alguna de las fechas que ya habéis cerrado os hace especial ilusión?
Quizá, Pirineo Sur. Llevamos queriendo tocar en ese festival desde que nos vimos con el nivel suficiente. Aún así, y aunque sea la típica respuesta, la verdad es que todas las fechas nos hacen muchísima ilusión, sobre todo después de todo lo que está pasando con la pandemia. Nos sentimos súper afortunados por poder tocar en cualquier sitio. Además, en cada gira hay siempre algo que hasta entonces no habíamos hecho. La verdad es que tenemos un montón de ganas.
¿Cómo ha trastocado la pandemia la vida artística de La M.O.D.A.?
Ha sido difícil como lo ha sido para cualquier persona, porque es algo que ha trastocado todos los aspectos de la vida, ya sean personales, familiares o profesionales. Aún así, dentro de todo eso, en nuestro caso hemos librado bastante. Cuando estalló la pandemia estábamos terminando de grabar 'Ninguna Ola'. Si nos llega a pillar justo antes de salir de gira, no sabemos cómo hubiésemos sobrevivido. Tenemos la suerte de que no nos trastocó mucho los planes que teníamos. Es más, el año pasado pudimos tocar bastante teniendo en cuenta la situación. Eso sí, hemos aprendido que ningún concierto se puede dar por sentado porque, a lo mejor, dos días antes, se suspendía un concierto en, yo que sé, Murcia. Eso nos ha ayudado a valorar nuestro trabajo más que nunca. Somos unos afortunados por poder seguir dedicándonos a esto. Ahora, parece que la cosa va mejor y aquí estamos preparando una gira que empieza en un mes. Toquemos madera. Aún así, ha sido un año duro. Ha habido otra gente, músicos, salas o técnicos, que no ha tenido tanta fortuna y se ha quedado por el camino. El sabor es agridulce.
«Ha sido un año duro, aunque a nosotros no nos ha trastocado mucho los planes y hemos podido tocar bastante»
¿Cómo lleváis lo de la autogestión?
No sabemos cómo funcionaríamos de otra manera, porque nunca lo hemos hecho. Autogestión significa que tenemos que hacerlo absolutamente todo. Y es un montón de curro. No es sólo ensayar y hacer canciones. Lo bueno es que somos siete para dividirnos el trabajo, aunque también para discutir de vez en cuando. Además, tenemos a José (Joselito), que es el amo. Sin él, todo esto no saldría adelante. Nosotros mismos muchas veces hacemos que pasen más cosas, porque somos muy proactivos. A menudo, hacemos un plan y a medida que lo vamos ejecutando, nos vamos complicando. Pero eso también es lo que hemos elegido y es lo que hace más interesante nuestro camino.
Lo del mural y el arco con flores de las últimas semanas es un ejemplo, ¿no?
Precisamente. Esa es una parte del trabajo que mola mucho. Es una gozada tener ideas y poder llevarlas a cabo con ayuda de mucha gente que se presta a colaborar. En este caso, hemos querido hacer una acción por cada uno de los singles que hemos sacado. Con 'Miraflores' montamos un arco de flores, con 'No canto yo' sacamos el mural pintado Cristian Saldaña, con 'Mañana voy a Burgos' tuvimos la avioneta loca sobrevolando Benidorm y para 'La molinera' contamos con el grupo de danzas de Villabilla de Burgos.
«Es una gozada tener ideas y poder llevarlas a cabo con ayuda de mucha gente que se presta a colaborar»
También habéis puesto mucho cariño a los videoclips que habéis lanzado hasta ahora.
Estamos muy satisfechos. Los han grabado los chicos de Arrigurri en la provincia de Burgos y estamos muy agradecidos con todos los pueblos que han participado. Ellos iban a los pueblos buscando cosas, y en cuanto decían que era para un vídeo de La M.O.D.A., el pueblo se volcaba. Ahí se demuestra que la gente esta enamorada del grupo. Y eso es increíble.
Buena parte de vuestras canciones, incluso las que son más cañeras, destilan cierta nostalgia, incluso tristeza. ¿Es algo premeditado y autoconsciente o es algo que os sale de las tripas?
Quizá sea una consecuencia.
¿Entonces sois nostálgicos?
Burgos es una ciudad gris y fría (risas). En realidad no buscamos que deje ese poso, pero nos sale así. Quizá sea también porque muchos de los instrumentos que utilizamos, como el acordeón, el clarinete o la mandolina, invitan más a ir por ese lado. Además, las letras quizá sean un poco tristonas, pero también tienen siempre un punto de esperanza. Tienen esa dualidad. No son monotemáticas. Dentro de la misma canción te puedes encontrar sentimientos contrapuestos. Por nuestra parte, nos gusta que las letras hagan que el oyente se lo pueda llevar a su terreno, que le obligue a valorar lo que dice la letra y lo que supone para él.
«Las letras quizá sean un poco tristonas, pero también tienen siempre un punto de esperanza»
Por ejemplo, ¿quiénes son los Héroes del Sábado?
Eso es.
¿Escucharemos en el disco algún nuevo instrumento o ya habéis probado todo?
En este no. La única novedad es que canta Álvar. Y lo hace que flipas. En este disco no nos apetecía experimentar por ese camino. La búsqueda no estaba ahí, sino con los textos. No queríamos hacer este disco con los instrumentos que se utilizaban antaño para interpretar las canciones populares. Son instrumentos que no sabemos tocar y haríamos el ridículo intentándolo.
Tiráis mucho de tradición, sobre todo en este disco. ¿Qué podemos aprender de nuestros mayores?
Quizá no sea tanto tradición como música popular, pero de cada persona puedes aprender una cosa distinta, sea mayor o niño. Nosotros no hemos vivido en 1870 y hablar desde la distancia sería un poco atrevido o incluso ignorante. En todas las épocas hay cosas de las que aprender y errores que no volver a repetir.
¿Cómo es el público de La M.O.D.A.?
Fiel. Apasionado. Heterogéneo. En todos los conciertos vemos a gente de todo tipo: un padre con su hijo, un abuelo con su amigo, uno que viene solo, otro que viene con su pareja, un grupo de 15 amigos que están de despedida de soltero, unos señores mayores que te dicen que hacía 30 años que no iban a un concierto y que se han vuelto a enganchar, los heavys que siempre están al fondo mirando de reojo pero asintiendo... Eso nos encanta.
¿Tenéis algún mensaje para toda esa gente?
Que muchas gracias y que tenemos muchas ganas de verles a todos en los conciertos, rockeando con nosotros.
Ya que estamos... ¿Alguna recomendación musical para escuchar de vuelta a la redacción?
(Tras un breve parlamento) Turnstile y Valeria Castro, una chica canaria que canta que flipas.