Castrovido avanza en el plan de emergencia con la esperanza de iniciar el llenado en pruebas otoño

La pandemia de la covid-19 no ha hecho mella en el proyecto de la presa de Castrovido, que bastante retrasado está ya como para que un virus le ponga la puntilla en el tramo final. Las obras «avanzan según lo previsto», explican en la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), y aunque el estado de alarma ha condicionado la intervención, se ha podido seguir trabajando con cierta normalidad.

Actualmente, se actúa en la implantación del Plan de Emergencia, una de las tareas indispensables antes de dar por concluida la obra y proceder al llenado en pruebas, que se espera para el otoño. Son fechas aproximadas, estimaciones con las que se viene trabajando en los últimos meses, pues se pretende que la presa esté operativa en 2021. Sin embargo, todo lo decidirá el caudal del río Arlanza.

La CHD recuerda que queda por cerrar la presa de cola y esta intervención no se podrá acometer hasta que no baje el nivel del río, «de manera considerable», puntualizan. Y esa rebaja debera mantenerse en el tiempo, ser estable. Solo entonces comenzarán los trabajos para cerrar el aliviadero y, cuando se concluyan, ya se podrá iniciar el llenado en pruebas de la nueva presa.

De nuevo, se dependerá del caudal del Arlanza y de las lluvias. Tendrá que llover para poder realizar las diferentes pruebas, con llenados parciales hasta que compruebe que la presa está pereparada para su puesta en servicio, que si todo va bien será en 2021. Eso sí, queda pendiente la adjudicación de la estación eléctrica, en la que también trabaja el Gobierno.

Así lo ha recordado el alcalde de Salas de los Infantes, una de las muchas localidades que ansían ver en marcha la presa de Castrovido. Francisco Azúa recuerda que, este año, no han tenido ningún susto. Hubo una pequeña crecida en diciembre, pero nada que ver con las inundaciones que han sufrido en años anteriores, y que han afectado a toda la cuenca baja del Arlanza.

Azúa espera que se cumplan los plazos y recuerda que han pedido que se realice un paso de vehículos por la presa de cola, pues se ha anulado el que había. Se ha dejado solo el paso peatonal, pero los vecinos del entorno necesitan circular por la zona con motivo de labores agrícolas y ganaderas, de ahí que el paso de vehículos sea imprescindible.

La CHD insiste en que «una vez el primer llenado se haya finalizado de manera satisfactoria, se procederá a su puesta en marcha, incluyendo entre sus usos el regadío». Sin embargo, poco regadío queda ya en la cuenca del Arlanza, que ha sufrido los últimos años las consecuencias de las sequías en forma de cortes de agua.

Dositeo Martín afirma que los agricultores son 'reacios' a cultivar, pues hace un par de años tuvieron una pérdida de más del 50% de la producción. A falta de un par de riegos, la confederación cerró el suministro por bajo caudal, y ahora no quieren volver a sufrir esta situación. Ya se verá qué pasa cuando la presa está en marcha, se pueda regular el caudal y garantizar el riego para los cultivos de regadíos.