Anduva contiene el aliento sin perder la esperanza

Calma tensa en el Estadio Municipal de Anduva de Miranda de Ebro. Concluida la primera mitad del partido, el marcador permanece en tablas para el CD Mirandés. Pero la noticia que ya corre entre la afición rojilla no ha llegado desde el césped, sino desde el archipiélago canario: el Real Oviedo se ha adelantado en el marcador frente al CD Tenerife.

Ese gol, celebrado en silencio en tierras asturianas, dificulta el ascenso directo sin perturbar, no obstante, el empuje de la afición mirandesista. Y es que, aunque con la euforia contenida, este resultado provisional todavía mantiene vivo el sueño del ascenso directo. Por lo pronto, la ciudad de Miranda de Ebro vive esta jornada con el corazón en un puño.

Desde primera hora de la tarde, la afición rojilla ha demostrado, una vez más, por qué es el alma del equipo. Centenares de seguidores han acompañado a los jugadores a su llegada a Anduva en un recibimiento multitudinario, cargado de cánticos, bengalas y emoción. El ambiente en los alrededores del estadio era de final anticipada: familias enteras, bufandas al cuello, pancartas improvisadas y esa ilusión que solo aparece cuando se cree firmemente que algo histórico está a punto de suceder.

Las entradas para el partido volaron nada más salir a la venta, y quienes no lograron hacerse con una han llenado los bares de Miranda, donde se vive una auténtica comunión entre generaciones. En locales como La Madre, el Plan B o el Casino el ambiente es intenso a la par que emocionante. No se escucha otra cosa que cábalas y, sobre todo, gritos de ánimo cada vez que el balón se acerca al área rival.

El empate no desanima, pero tampoco relaja. La grada ruge, el banquillo se mueve inquieto, y en cada rincón de la ciudad el partido se sigue como si fuera una final de Champions. Mientras tanto, en otros puntos clave de esta jornada, el Elche CF tampoco logra romper la igualdad en su encuentro. Todavía hay esperanza.

• Temas
• CD Mirandés