Miranda despertó de su sueño en el infierno azul
La hinchada de Miranda de Ebro se negaba a afrontar «con tristeza» el desenlace de una gesta que ha sido histórica
No pudo ser. El empuje jabato que llevó al Club Deportivo Mirandés hasta la prórroga de una final de playoff donde cada vez se apelaba más a la fe no resultó suficiente para impulsar al equipo rojillo hasta la Primera División del Fútbol español.
No obstante, la hinchada de Miranda de Ebro se negaba a afrontar «con tristeza» el desenlace de una gesta que ha sido histórica. Y es que al margen de «fiestas» –pues hay que reconocer que la desilusión se ha apoderado del mirandesismo– el equipo de Miranda sí tiene motivos para celebrar con orgullo los colores de un club que, una vez más, ha llevado su nombre allende el Ebro.
@burgosconecta 🖤❤️ La afición del #Mirandés abarrotó los bares y terrazas de la localidad para sufrir y disfrutar durante los 90 minutos (más la prórroga) del último partido del curso. Panichelli desató la locura jabata, pero el Real Oviedo despertó del sueño a una afición que se volcó con su equipo. #Mirandés #MirandaDeEbro #RealOviedo #PlayOff ♬ sonido original - BURGOSconecta
«Lamine Yammal estuvo a punto de jugar en Anduva antes que en otros grandes estadios», apreciaba Ane, una de las seguidoras rojillas, no sin cierta decepción. Más decaído se mostraba el Míster, Alessio Lisci, porque «hay situaciones que son difíciles de aceptar», expresaba. Y si bien es cierto que el «orgullo» es compartido, no pudo evitar concluir la temporada «con mal sabor de boca».
Caprichos del destino, pues la campaña pasada Miranda desataba su euforia en un último partido de liga que salvaba al Mirandés del descenso y, en esta ocasión, en cambio, el sino del club jabato fue una medalla de chocolate de sabor agridulce.
Probablemente en perspectiva pueda recordarse con satisfacción el resultado de una temporada de récord, pero lo cierto es que un dia despues de la derrota duele la «espinita» que impidió la consecución de un sueño.
Esta vez, el final no fue de cuento: al final Oviedo desarmó a Miranda, pero a buen seguro quedan extraordinarios capítulos por escribir. «El Mirandés es muy grande», valoraba el técnico romano, y el mirandesismo se aferra al mundo onírico con la certeza de que, algún día, la Primera División será un sueño cumplido.