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Iglesia dedicada a Santa Columba, en Adrada de Haza, Burgos. Sara Sendino

Clausuran la iglesia de un pueblo de Burgos por peligro de derrumbe: «Nos sentimos abandonados por el Arzobispado»

El templo de Adrada de Haza ha sido precintado mientras que su Ayuntamiento y dos cofradías urgen una reforma que la diócesis se niega a asumir

Sara Sendino

Burgos

Sábado, 16 de agosto 2025, 08:53

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La iglesia de Adrada de Haza se encuentra en mal estado. Tanto, que el Arzobispado ha decidido prohibir la entrada a todo creyente que quiera entrar por el peligro de derrumbe de su nave central. Mientras, el Ayuntamiento del pueblo de Burgos y varias cofradías intentan que la diócesis dé importancia al asunto.

El templo dedicado a Santa Columba se encuentra en mitad de Adrada de Haza, en plena Ribera del Duero burgalesa. Tiene una planta de 500 metros cuadrados y doce metros de altura. Su estilo es barroco, fue reconstruida en 1865 y sus libros parroquiales comenzaron a escribirse en el siglo XVI, según Emiliano Nebreda en 'Amo mi pueblo'.

Sin embargo, varios siglos después, el estado del templo no goza de la misma buena salud y sus vecinos sienten «dolor, malestar y profunda preocupación» al respecto. Tanto que el Ayuntamiento y dos cofradías del pueblo de Burgos con más de medio siglo de historia (Veracruz y San Sebastián) han decidido llamar directa (y públicamente) a la puerta del Arzobispado.

Porque, según señalan en una misiva a la diócesis, se lleva alertando del mal estado del templo «durante diez años». Explican, incluso, que una feligresa llegó a presentar un presupuesto para poner una grapa en la grieta que partía desde el suelo, pero que el párroco de entonces no hizo «nada».

Estado actual de la iglesia de Santa Columba en Adrada de Haza, Burgos. Sara Sendino
Imagen principal - Estado actual de la iglesia de Santa Columba en Adrada de Haza, Burgos.
Imagen secundaria 1 - Estado actual de la iglesia de Santa Columba en Adrada de Haza, Burgos.
Imagen secundaria 2 - Estado actual de la iglesia de Santa Columba en Adrada de Haza, Burgos.

Ahora el problema se ha agravado. El tejado de la sacristía se encuentra en muy mal estado y presenta goteras. Pero, aún peor, la nave central de la iglesia puede derruirse sin previo aviso. Está formada de yeso y ladrillo y, tal y como se aprecia desde el exterior, las grietas «cada día» son más evidentes, según los vecinos de este pueblo de Burgos.

Asimismo, desde el Ayuntamiento y las cofradías de Adrada de Haza explican que se ha pedido la subvención denominada convenio de las goteras en 2019, 2021 y 2023, resultando siempre desfavorable, dado que no había obtenido la puntuación suficiente como para recibir la ayuda. Además, cuentan los del pueblo de Burgos que el actual párroco también ha sido avisado, sin que se haya producido ningún cambio al respecto.

Del mutismo a la prohibición

Durante estos años, el templo por el que los habitantes de Adrada de Haza sienten «gran orgullo y cariño» ha quedado en el olvido para el Arzobispado a pesar de los intentos de su Ayuntamiento. Explican que en 2024 acudió a visitar la iglesia parte de la diócesis sin repercusión alguna.

Un año más tarde, el pasado 17 de julio, el delegado de patrimonio del Arzobispado de Burgos volvió al pueblo ribereño. A raíz de esa visita, directamente tomó la decisión de clausurar la iglesia. «Una decisión que nos ha entristecido pero que no nos sorprende y que evidencia hasta qué punto es grave la situación», explican las asociaciones y el Consistorio adradeños.

«Nos sentimos totalmente abandonados por parte de los sucesivos párrocos que se han ocupado de esta parroquia así como del Arzobispado. Consideramos que ha habido una grave falta de omisión», prosiguen la misiva al Arzobispado, dado que la iglesia podría ser ya una de las pertenecientes a la Lista Roja de Hispania Nostra.

El Arzobispado alude al convenio de las goteras

Ante la incomprensión que siente la comunidad de Adrada de Haza por el estado de su iglesia, el Arzobispado se escuda. El delegado de patrimonio, Juan Álvarez Quevedo, se declara conocedor de la situación: «Se cierra por cierta peligrosidad», explica, ya que el pueblo de Burgos cuenta con una ermita, donde ahora se realizan los actos religiosos.

Quevedo alude a que se podía haber aislado una zona del templo, pero que era «más oportuno cerrarla» al tener el pueblo una ermita. Explica que su cubierta tiene una «zona con cierto peligro de que puedan caer unos pares» del tejado de la bóveda, en el «centro de la nave». Sin embargo, al ser preguntado por una posible intervención, Quevedo responde con un «no» rotundo: «Tiene que esperar al convenio de las goteras», explica el delegado de patrimonio.

Quevedo también propone otra solución: que el Ayuntamiento y la parroquia decidan ejecutar la obra, que considera de «gran envergadura», por lo que no existen fondos para ello. Se refiere a los fondos de la parroquia y la venta de la casa rectorial de Adrada, cuyo 50% se debe destinar a la propia iglesia, aunque el pueblo de Burgos realizó una recogida de firmas para que el 100% de lo obtenido se quedara en el municipio, iniciativa que el Arzobispado ignoró, según explican.

Por otro lado, Quevedo añade que en la iglesia de Adrada existe una obra «más urgente». Se trata del tejado de la sacristía, que presenta unas «goteras tremendas». Algo que, para los habitantes del pueblo de Burgos, carece de sentido, ya que temen más por la bóveda central que por la sacristía, así que preferirían que el orden de los arreglos se invirtiera.

Respecto a la pregunta de si, desde el Arzobispado, se contempla una partida excepcional para arreglar la iglesia de Adrada de Haza, Quevedo es tajante: «No, no hay vía administrativa para ello», sentencia.

En un pueblo, la iglesia es más que un lugar de culto

Tanto la sociedad adradeña como el Consistorio se sienten «ignorados y ninguneados» por el Arzobispado de Burgos. Claman una solución pronta para su iglesia, que presenta un claro peligro de derrumbe. Además, su clausura ha dejado sin varios servicios al municipio de 205 habitantes censados.

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Porque, por ejemplo, ninguna persona puede ya dar cuerda al reloj de la torre de la iglesia, que tiene más de 100 años, y ahora sus manecillas no funcionan. Tampoco se pueden tocar las campanas, un medio para «comunicar defunciones, un incendio o llamar a misa», relatan el Ayuntamiento y las centenarias cofradías.

Por ello, ruegan al Arzobispado una intervención «antes que la llegada de lluvias y heladas puedan agravar la situación». Al mismo tiempo, señalan que la diócesis «tiene que contar más con la comunidad parroquial, puesto que los sacerdotes cada vez tienen más carga de trabajo y no se implican como antes».

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