Representación de Santa Inés siendo decapitada. BC
Con mucho arte

La historia y leyenda de una de las santas más jóvenes del Cristianismo

Santa Inés, una de las santas más conocidas de la Cristiandad, suele representarse junto a un cordero por haber mantenido su castidad

Domingo, 30 de noviembre 2025, 10:04

La de Santa Inés es una de esas historias de mártires convertidos en santos por mantenerse firmes en un fe en Dios. De hecho, la tradición cuenta cómo Inés, una jovencita de apenas 13 años de edad se enfrentó contra todo un precónsul de Roma y acabó perdiendo la cabeza -literalmente- por sus convicciones.

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Paso a paso. Cuenta la tradición que Inés caminaba un día por la calle cuando el hijo de un precónsul romano se enamoró perdidamente de ella y le acabó pidiendo matrimonio. Lejos de aceptarlo, la muchacha lo rechazó, asegurando que ya estaba casada. ¿Con quién? Con Dios.

Esa respuesta, evidentemente, enardeció al chico, que fue con la historia a su padre. Éste, un hombre poderoso en la Roma del año 304, le dio dos opciones a Inés si rechazaba casarse con su hijo: o se convertía en una de las vírgenes del templo de Vesta o acababa sus días en un lupanar. Y ella, de nuevo, volvió a mantenerse fiel a Cristo, rechazando de plano servir a una deidad pagana, lo que la llevó a un prostíbulo.

Pero la tradición cuenta que Dios, en ese momento, se apiadó de ella, y para evitar que perdiera su virtud hizo que le creciera el pelo de tal manera que no mostrase nunca su desnudez. Además, cada vez que entraba un cliente, aparecía un halo de luz que le repelía.

Esa escena, de hecho, se repitió cuando el hijo del precónsul agraviado en su supuesto honor, también fue al lupanar.

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¿Y qué hizo entonces el precónsul? Pues lo que hacían entonces los hombres malos: ordenar la muerte de Inés. Primero intentaron acabar con ella en la hoguera, pero fue en vano; y finalmente se optó por decapitarla.

Ese martirio fue merecedor de su canonización, convirtiéndose así en una de las santas más jóvenes de toda la Cristinadad.

Vale, vale. Pero ¿por qué se la suele representar junto a un cordero? Porque el cordero simboliza a Cristo. Esto es, cuando se la representa con el animal, en realidad se la está representando con su marido.

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