Silvia Sedano, enfermera de Maternidad del HUBU: «El camino es que uno decida cómo quiere alimentar a su hijo; y todo es bueno»
Todas las semanas se celebran charlas y talleres abiertos en el HUBU dirigidos y enfocados a futuras mamás
Una buena alimentación es la base para tener una buena salud. Para un recién nacido, lo es aún más. Por ello, desde el lunes 6 de octubre hasta el próximo día 11 se celebra en Europa la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Se realiza en estas fechas porque coincide con la 40.ª semana del año, el mismo número de semanas para que una gestación se considere completa.
En realidad, esta celebración tuvo lugar en el resto del mundo entre el 1 y el 7 de agosto, pero a Europa, como afirma Silvia Sedano, enfermera de la planta de maternidad y la enfermera que está en la consulta de lactancia en el Hospital Universitario de Burgos, le venían mal esas fechas. En este recinto, durante la semana, habrá talleres sobre la lactancia. Todos los martes tienen lugar este tipo de actividades dirigidas y enfocadas a las mamás que estaban ingresadas en los primeros días, además de que en Atención Primaria organizan más talleres, como señala Sedano.
Este nivel de asistencia sanitaria resulta vital a la hora de comprobar que todo siga su curso una vez se da el alta a la madre y a su bebé, en especial la figura de la matrona. «En teoría está bien porque la matrona tiene el tiempo suficiente para verlas y abordar complicaciones sencillas, y cuando ya no se resuelve o hay que hacer algo concreto, vienen para aquí», afirma Cristina Vega, neonatóloga y compañera de Silvia Sedano en la consulta de lactancia.
Profesionales al servicio de la postura del paciente
El proceso de la lactancia no empieza una vez ha nacido el hijo: lo hace mucho antes, como señala Sedano, en las primeras visitas a Atención Primaria o con matronas y ginecólogos ya se les va informando sobre ello. Uno de sus objetivos principales es tratar de que las madres lleguen informadas de los beneficios de la lactancia, tanto para ellas como para los bebés.
La palabra clave en este tipo de circunstancias es informar, ya que es siempre la madre la que tiene la última palabra acerca del método que quiere utilizar para alimentar a su hijo. «Siempre se las habla desde el respeto», apunta la enfermera, «luego la mamá es la que decide lo que ella quiere hacer».
«Cuando la madre se decanta por lactancia artificial no hay ningún problema: se les acompaña igual y se les da soporte igual.»
Cristina Vega
Neonatóloga en el HUBU
Una vez ha nacido el nuevo hijo, las matronas, a las pocas horas del parto, se encargan de fomentar el contacto de piel a piel, salvo que la madre tenga algún problema o el propio bebé. Se intenta que el primer enganche sea en la primera hora de vida, porque facilita la lactancia en un futuro, tal y como señala Vega.
La neonatóloga también remarca la importancia de la lactancia materna como la mejor forma de alimentación para el recién nacido. «Nosotros, como promotores de la salud, tratamos de dar soporte a las familias para conseguir que se alimenten con lo óptimo», apunta.
Existen diferentes factores que pueden alterar esta decisión, como pueden ser el momento del enganche, que la mamá tenga leche, creencias propias o situaciones familiares. Por eso, según señala la especialista, la función que tienen las matronas en la planta de maternidad las primeras 48 horas de vida es importantísima, porque se decide el camino a seguir.
@burgosconecta En la Semana de la Lactancia Materna nos adentramos en la unidad específica del Hospital de Burgos para esta tarea. Nos cuentan que la leche materna es lo ideal, pero que toda decisión que se tome basada en la información, es la acertada. Ellos se encargan de informar, apoyar y acompañar. 👶. La clave es que cada familia elija cómo 🍼 alimentar a su hijo. ¡Todas las opciones son válidas! ¿Cuál es tu experiencia? Compártela 👇 ℹ️ En el enlace de la biografía puedes encontrar la entrevista completa. #CrianzaRespetuosa #AlimentacionInfantil #Maternidad #Paternidad #Lactancia ♬ sonido original - BURGOSconecta
Confiesa que las cosas han mejorado bastante, aunque todavía siguen aprendiendo e intentando que la formación de los compañeros que trabajan en la planta sea lo más homogénea posible. La idea es conseguir lactancia materna, pero desde el soporte a las familias para que estén a gusto y bien. Cuando se decide ir por otro camino «no hay ningún problema: se les acompaña igual y se les da soporte igual», enfatiza Vega.
«Lo óptimo es la lactancia materna, pero si la madre emocionalmente no se siente capacitada o hay dificultades, pues la lactancia artificial está ahí»
Cristina Vega
Neonatóloga en el HUBU
Por su parte, Silvia señala que se lleva trabajando así desde 2018 en lo que, remarca, es una unidad. «No nos centramos solo en la madre, necesitamos el apoyo de la nueva familia que han creado. Esto no lo consigue solo ni uno ni otro. Lo que tratamos es de darles apoyo en el momento en el que están», remarca.
La lactancia, una tarea que no aparece a última hora
El alimentar a un recien nacido es mucho más complejo de lo que puede parecer, y para ello se necesita una preparación y concienciación previas. En la opinión de Sedano, se debería de informar de la lactancia a las madres de igual forma que se las informa cuando preguntan acerca del parto. De igual forma, la formación sobre la misma tiene que comenzar mínimo a partir de la semana 30 o 32.
Posteriormente, se las acompaña durante toda la gestación y durante los primeros tres días de vida del bebé, en los que madre e hijo se quedan ingresados para controlar que todo esté bien. Una vez salen del hospital, la Atención Primaria y en las consultas se las sigue para conocer su estado.
La Organización Mundial de la Salud recomienda lactancia materna hasta los dos años combinada con alimentación complementaria. Sedano señala que lo que tratan los profesionales de la salud es acompañarlas. Confiesa que no les da para acompañarlas hasta los dos años, pero sí hasta los seis meses para aquellas mamás que tengan más complicaciones hasta que meten la alimentación complementaria.
Acompañar a la madre durante el proceso
Una de las tareas principales que realizan también en este ámbito es la de acompañar a las madres. Por ejemplo, tal y como señala Sedano, las ayudan cuando empiezan a trabajar después de todo el proceso, porque muchas, por ejemplo, se sienten solas.
«El camino es que uno decida cómo quiere dar de comer a su hijo; y todo es bueno»
Silvia Sedano
Enfermera de la planta de maternidad en el HUBU
Para Cristina, uno de los éxitos de la consulta es que las familias se sienten acompañadas, y que ellas mismas así se lo hacen saber. «La familia sabe que hay profesionales que les dan pautas, que confían en ellos y que les empoderan para poder alimentar a su hijo», afirma.
El trabajo que realizan ambas durante su jornada requiere de mucha paciencia y de mucha empatía. Las dos, que además han sido madres previamente, conocen de primera mano lo que es todo el proceso de dar a luz. Por ello, son conscientes de que «muchas veces vienen a que las escuchen, porque en la consulta es mucho más fácil para ellas».
La importancia de la mente con respecto a la lactancia
Los tiempos han cambiado, incluso en este ámbito. Bajo el punto de vista de Sedano, muchos de los nuevos papás y mamás están criados a biberón, por lo que optan por métodos que conocen. Sin embargo, cree que en los últimos años se está consiguiendo revertir eso porque cada vez hay más información.
Vega valida esta afirmación, añadiendo que las redes sociales e internet hacen que muchas mamás lleguen más informadas. Esto unido a que las pacientes que llegan a su consulta lo hacen con la intención de que se las ayude.
«Las cosas se consiguen hasta donde estemos todos cómodos y hasta donde se pueda conseguir»
Silvia Sedano
Enfermera de la planta de maternidad en el HUBU
No solo se trabaja lo físico en su consulta, sino que también lo mental. «Necesitamos cuidar a su hijo desde la tranquilidad y nosotras vamos a aplicar nuestros conocimientos sanitarios», señala la especialista, «pero a través de la manera en que vosotros estéis confortables». Gracias a eso, las madres liberan algo del peso que resta sobre sus hombros.
Aunque otro de los problemas es el de las expectativas. Para empezar, supone un gran cambio de por sí el hecho de traer al mundo a un nuevo miembro de la familia. Pero además, las cosas no siempre salen de la mejor manera, por lo que uno de los trabajos que se realiza en la planta, como señala Sedano, es que «todo se consigue hasta donde estemos todos cómodos y hasta donde se pueda conseguir».
La lactancia, un duro y complejo camino
A la hora de amamantar, se pueden dar diferentes complejidades por parte de la madre, pero la mayoría de las veces los problemas vienen por parte del recién nacido. Para Vega, muchas veces esas dificultades vienen marcadas por diferentes factores que deben irse resolviendo con tiempo y paciencia. «No es fácil ni cómodo, pero hay que hacerlo», apunta.
El seguimiento a las mamás requiere de mucho tiempo y de muchos profesionales. Sedano señala que durante los primeros quince días «a lo mejor vienen dos veces por semana, y en algún caso complejo vienen una vez al mes hasta que el bebé alcanza el medio año».
Durante el seguimiento se tiene en cuenta que la leche tarda alrededor de tres o cuatro días en subir e instaurar una buena cantidad. Una vez que han recibido el apoyo y los especialistas han valorado que mamá y bebé están bien y que el conjunto está bien, se les da el alta.
«Cualquiera que interfiera con esa familia tiene que conocer la importancia de este proceso y de no interferir, cuidando hasta el más mínimo detalle»
Cristina Vega
Neonatóloga en el HUBU
Normalmente, las matronas las ven a los dos días de volver a casa y el pediatra, desde hace un año y medio o dos, ve a los bebés antes de los siete días. Sedano informa que desde el hospital habían detectado que en esos primeros quince días es cuando se pierden muchas lactancias porque es cuando necesitan el apoyo fundamental.
Uno de los motivos por los que se pierde la lactancia es que el bebe tiende a tener problemas de coordinación y mecánicos en la lengua para poder tomar la leche. Eso suele llevar a que la madre no tenga la leche suficiente, pero son muy pocos los casos en los que la madre tiene una patología en la que ella no produce. Generalmente, si el estímulo no ha sido el adecuado, ellas no consiguen la cantidad adecuada.
Vega señala que la producción de leche es tiempo-dependiente, sobre todo durante los primeros 40 días y en especial durante las primeras dos semanas. Si durante los primeros días no se produce una buena toma de contacto, es más complicado conseguir una producción adecuada.
A veces también los propios pediatras, antes de dar el alta, si ven que el niño va a necesitar de otro especialista, como puede ser un fisioterapeuta, cirujanos pediátricos, o incluso se está barajando que se puedan necesitar logopedas, se deriva desde el propio hospital. Y con los niños prematuros, que necesitan un tratamiento porque han sido sometidos a mucho estrés, ocurre algo similar.