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Así ha cambiado Burgos desde la retirada de las vías
Un simple vistazo aéreo permite comprobar que la transformación urbana ha sido drástica en esta última década
Hace apenas diez años, las vías del ferrocarril dividían la ciudad en dos. Su retirada permitió desarrollar una de las mayores transformaciones urbanísticas de la historia reciente de Burgos. Un simple vistazo desde el cielo permite observar cuánto ha cambiado el casco urbano en esta década.
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Sin duda, la principal transformación se ha vivido en el entorno de la antigua estación, que ha sido totalmente liberada del trazado ferroviario, permitiendo la creación de nuevos viales y sectores urbanísticos.
Los andenes dieron paso al Bulevar y a un entorno mucho más amable para los ciudadanos, con más espacios públicos y zonas verdes.
La retirada de las vías permitió eliminar los peligrosos pasos a nivel que había en todo el todo el trazado a través del casco urbano. También se eliminaron los muros y se crearon nuevas conexiones viales entre ambos lados de la ciudad
Se crearon nuevos viales de acceso a zonas clave para la ciudad, como Fuentes Blancas.
El antiguo puente sobre el Arlanzón, un auténtico icono ferroviario para la ciudad, dejó de ser utilizado y pasó a ser peatonal. Junto a él se construyó un nuevo puente para el tráfico rodado.
La retirada de las traviesas también permitió mejorar la conexión entre el barrio de Gamonal y su polígono industrial.
La nueva estación de tren se construyó en la zona norte de la ciudad, junto a la avenida Príncipes de Asturias y muy cerca de una de las principales salidas a la circunvalación. Sin embargo, su lejanía del centro urbano siempre ha sido objeto de polémica. De hecho, el entorno más cercano continúa hoy sin haberse desarrollado por completo.
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También desapareció en antiguo puente ubicado en la zona de la Universidad. En su lugar, una gran rotonda armoniza el tráfico de la zona. Además, en apenas unos días entrará en servicio el último tramo del Bulevar, que conectará dicha rotonda con la avenida Valentín Niño a través de un nuevo puente, cerrando así la Ronda Interior.
Quizá, el cambio más radical se observa en la zona de la Cellophane, un entorno ocupado antaño por vías de servicio que diez años después presenta una imagen bien distinta, a pesar de tratarse de un sector todavía en desarrollo.
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